¿Por qué nos ponemos tzitzit?
וְהָיָ֣ה לָכֶם֘ לְצִיצִת֒ וּרְאִיתֶ֣ם אֹת֗וֹ וּזְכַרְתֶּם֙ אֶת־כָּל־מִצְוֹ֣ת יְיָ וַעֲשִׂיתֶ֖ם אֹתָ֑ם וְלֹֽא־תָת֜וּרוּ אַחֲרֵ֤י לְבַבְכֶם֙ וְאַחֲרֵ֣י עֵֽינֵיכֶ֔ם אֲשֶׁר־אַתֶּ֥ם זֹנִ֖ים אַחֲרֵיהֶֽם
Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis. (Números 15:39)
El Talmud (Berajot 12:2) explica que al ver los tzitzit, uno se retracta los pensamientos de tres actos prohibidos:
אחרי לבבכם – זו מינות… אחרי עיניכם – זה הרהור עבירה… אתם זונים – זה הרהור עבודה זרה
Su corazón – eso es herejía… sus ojos… esos son promiscuidad… desviarse – estos son pensamientos de idolatría.
Esta no es una declaración halajica sino un comentario que representa la opinión del autor, R. Yehudah bar Haviva. La dificultad obvia es que destruye la razón por el mandamiento en tres partes, sin apoyo en el texto, y esa herejía e idolatría son lo mismo. Sin embargo, las generaciones futuras se han obsesionado sobre la idea de los tzitzit como protección contra los actos sexuales prohibidos, probablemente a causa del cuento fantástico en el Talmud (Menahot 44:1) sobre un hombre promiscuo cuyos tzitzit lo salvaron de tal acto.
Los comentadores han tenido dificultades con el concepto de los tzitzit, dado que no hay una relación inmediata y clara entre el uso de los tzitzi y el recuerdo de las mitzvot.
R Moshe Al-Sheikh (1507-1593) compara los tzitzit a atar un pañuelo para acordarse algo solo en esa época la práctica fue solo atar un hilo sobre el dedo:
משל אל מה שדרך אנשים, שלזכור דבר מאשר ירצו לעשות, קושרים חוט באחת מאצבעותיו לראות ולזכור בל ישכח ממנו
Sigue para decir que la práctica es inútil si uno ató el hilo sin enfocar en lo que tenía que recordar y anota que esto es el problema con los tzitzit. La gente se los pone como ritual pero no enfoca en el mensaje de los tzitzi y lo que debe recordarles. ¿Es posible que perdamos algo esencial de los tzitzit?
En el midrash sobre la parasha, R. Meir sugiere que por ponerse los tzitzit uno merezca una entrevista con la providencia divina:
כל המקיים מצות ציצית… כאילו הקביל פני השכינה, תכלת דומה לים, וים דומה לרקיע, ורקיע דומה לכסא הכבוד
Uno que cumple la mitzva de tzitzi, es como si hubiera dado la bienvenida a la shejina porquue los flecos azules se parecen al océano, el océano se parece al firmamento y el firmamento se parece al trono divino.
Las palabras de R. Meir no se deben tomar literalmente. El océano y el cielo son sin color y el trono divino es un concepto abstracto sin atributos físicos. En mi opinión, R. Meir ofrece un proceso meditativo que deja que los seres humanos contemplen la grandeza de Dios. Es difícil para nosotros comprender la vastedad del universo y aun más la de su Creador. R. Meir dice que al ver los flecos azules, uno piensa del océano que ha sido y todavía es un reto formidable para la humanidad. Aun hoy en día, nuestros aparatos más avanzados y titánicos son empequeñecidos por la magnitud de los océanos y no hemos llegado a la punta del iceberg proverbial en estudiar los misterios del océano. Ese primer paso prepara el camino para el próximo que es la comparación al cielo. El cielo, que quiere decir el universo, es más grande que el océano como el océano es más grande que un ser humano (claro que es más grande que eso pero esa perspectiva es suficiente para el ejercicio mental). El próximo paso es pensar del Creador, que es más grande que el universo en la misma escala.
Esto sería un proceso maravilloso y no hay duda de que observar las maravillas de naturaleza sean al centro de la experiencia espiritual pero el texto bíblico no expresa claramente este proceso. Además, tenemos que asumir que antes de que R Meir ofreció esta técnica meditativa había un mensaje inmediato que se asoció con los tzitzit y que confirmó la fe de alguien.
Los tzitzit en el Cercano Oriente antiguo
El acertijo de los tzitzit siempre me ha intrigado hasta hace unos años cuando descubrí un libro por Prof. M. Inbar, que trata de las profecías en los documentos de Mari, en el cual el autor describe el mundo espiritual de Mari que crecía muy bien en las orillas de Éufrates en el siglo XVIII a.C. La información fue encontrada en tabletas de barro en el sitio de Tel-Hariri y un detalle me intrigó. Fue el concepto de la profecía y su verificación. Resulta que la cultura de Mari fue bendecida con cuatro categorías de profetas, una de las cuales se llamaban Barru, que se encargaba de confirmar la validez de los demás. ¿Qué evidencia se traía al laboratorio forénsico de esos «verificadores de profetas»? Adivinó correctamente: los tzitzit. Escribe Prof. Inbar (pág. 47-48):
El polígrafo divino, utilizado para verificar el intento de los dioses, podría notar si el profeta dice la verdad y si es un mensajero de los dioses. El análisis fue hecho por llevar un fleco del vestido del profeta o un bucle (o de uno que escuchó al profeta). Mandaban esos objetos al Barru que hacía las adivinaciones rituales. Creían que los objetos representaban sus dueños y que los resultados de la adivinación determinaban la veracidad de la profecía.
En un caso, un gobernador local presenta los objetos al rey y escribe:
Le he mandado a mi maestro un bucle del cabello del profeta y un fleco de su vestido, que decida mi maestro si es un profeta de verdad.
Este concepto del examen de profecía en el Cercano Oriente antiguo echa luz sobre, en mi opinión, la mitzva de tzitzit. Llevar vestidos con flecos por la nación entera muestra su creencia firme en la profecía de Moisés y como resultado en la totalidad de la Tora y las Mitzvot. Esto es porque la nación entera estuvo presente en Monte Sinaí y fue testigo a la profecía de Moisés, como se escribió (Ex. 19:9): «la gente oirá como hablo con ustedes y tendrán fe en ti por la eternidad.» La presencia de la nación entera en el evento profético la hace, según la regla de la cultura antigua, sujeta al examen de la profecía. Por llevar vestidos con cuatro rincones visibles con flecos, declaran su fe en la profecía, como si dijeran «aquí están mis flecos, ven y toma lo que quiera.» Uno que lleva tzitzit declara que tiene confianza en la profecía tanto en el profeta que la repartió y entonces no tiene miedo de que uno corte el rincón de su vestido y lo examine para verificar la profecía. Al contrario, uno que duda la profecía intentará esconder los rincones del vestido para evitar examen.
El abrigo – código de vestamente de profetas
Los abrigos y las batas aparecen en la Biblia como la vestimenta de los profetas por elección. Se dice de Samuel que su madre le hacía un abrigo pequeño cada año (1 Sam. 2:19). Cuando el Rey Saul llaman a su espiritú, fue descrito con un abrigo (1 Sam. 28:14). Se dice de Elijah que su sotana tenía calidades especiales y que se lo legó a Elisha como parte de delegar su autoridad profética a él (1 Reyes 19:13-19). Es lo más interesante verlo en la manera que el profeta Zachariah (13:4) refiere a los profetas falsos:
… en ese día, los profetas estarán avergonzados por sus visiones y profecías; no más llevarán una sotana de lana para engañar a la gente
Se puede encontrar otra alusión a las prácticas de los profetas falsos en el libro de Jeremías (9:24-10:11). El profeta se dirige a los israelitas y sus vecinos paganos, diciendo:
… unidos serán expuestos como tontos e ignorantes… llevan flecos azules y púrpura real hechos por los sabios.
Jeremías dice que los paganos poseen sabiduría sino que su profecía es falsa y disfrazan su engaño con elementos externos de tinte azul y púrpura real.
Cortar el rincón del vestido
Después de la guerra contra Amalek, el profeta Samuel enfrenta el Rey Saul y le dice que Dios lo ha rechazado como rey. Cuando el profeta da la vuelta para salir, el rey consternado agarra el rincón de su vestido y lo arranca. ¡Es mucho más que un intento de contener el profeta! Es un acto que representa una duda que pone en la profecía de Samuel. Samuel regaña el acto de Saul severamente. Primero, compara la rasgadura de su vestido a la separación de su reino de Saul. Luego dice que el estado de su profecía no ha cambiado: «El Dios eterno de Israel no engañará y no se arrepentirá.» Samuel tuvo que decirlo porque Saul dudó su profecía. Hay otros casos en los libros de Samuel y Reyes donde esta idea está presente.
El tzitzit definitivo
En la literatura midráshica el término «un tzitzit azul» es una descripción sarcástica de uno que piensa que es perfecto pero se encuentra en la Tora una sotana azul – el abrigo del sumo sacerdote, descrita así:
ועשית את מעיל האפוד כליל תכלת. והיה פי ראשו בתוכו, שפה יהיה לפיו סביב כמעשה אורג, כפי תחרא יהיה לו לא יִקָרֵעַ. ועשית על שוליו רמוני תכלת וארגמן ותולעת שני על שוליו סביב, ופעמוני זהב בתוכם סביב. פעמון זהב ורימון, פעמון זהב ורימון, על שולי המעיל סביב. והיה על אהרן לשרת ונשמע קולו בבואו אל הקודש לפני ה’ ובצאתו ולא ימות
Haz el abrigo del Efod todo azul. La abertura arriba (lit. en la boca de su cabeza) estará adentro. Habrá una costura tejido alrededor, como bordado, no se arrancará. Haz en sus flecos granadas de azul, púrpura real y carmesí… y campanillas de oro alrededor de ellos. Una campanilla de oro y una granada… en los flecos del abrigo. Estará en Aaron cuando sirva, y escucharán su voz cuando venga al santuario (estar) en frente de Dios y cuando salga así que no morirá.
El abrigo es una versión mejorada de los tzitzit, demostrado en esta gráfica:
Tzitzit | Abrigo |
Un fleco azul | El vestido entero es azul |
Los flecos son hilos de lana | Un patrón complejo de campanillas doradas y granadas que son tejidas de azul, púrpura real y lana carmesí. |
Rememoración a través de la vista: «verán y recordarán» | La rememoración por sonido «su voz será escuchada». Se puede oír el sonido aun sin estar presente y a una distancia más grande. Como Aaron está por entrar en el santuario, se le recuerda de la situación especial en la que se encuentra y se le anima a actuar por consiguiente. |
Un reto para arrancar. | Una declaración: nunca se arrancará (explicada abajo). |
La conexión intrínseca entre el abrigo y los tzitzit fue clara para Maimonides dado que describe el abrigo del sumo sacerdote como parecido a los tzitzit pequeño llevado por algunos bajo sus vestidos (Leyes de Vasijas del Temple 9:3):
המעיל כולו תכלת, וחוטיו כפולין שנים עשר ופיו ארוג בתחילת אריגתו, ואין לו בית יד אלא נחלק לשתי כנפים מסוף הגרון עד למטה כדרך כל המעילים ואינו מחובר אלא כנגד כל הגרון בלבד, והקורע פי המעיל לוקה שנאמר לא יקרע
El abrigo es todo azul. Sus hilos son doblados 12 veces y su abertura es tejido del vestido. No tiene mangas sino que se quebra en dos alas desde el collar hasta abajo…
No hay fuente bíblica ni rabínica para apoyar la descripción de Maimonides de un tzitzit pequeño y el Raavad lo reta brevemente, «¿de dónde sacó esto?»
En efecto, los comentadores de Maimonides tienen dificultades entender sus palabras o encontrar la fuente. La mayoría de ellos refieren al comentario de Nahmanides sobre la Torah y sugieren que hubiera una fuente talmúdica que se perdió. Sin embargo, según lo que he presentado aquí, hay una relación cercana entre el abrigo y los tzitzit y por lo tanto Maimonides, tal vez instintivamente, describió el abrigo como un vestido con cuatro rincones.
No se arrancará
El argumento final para aprobar este punto está en las palabras de la Tora «no se arrancará.» Una opinión en el Talmud es que arrancar el abrigo es un acto punible (Yoma 72:2) pero esta opinión es retada con un argumento que dice que es una palabra de consejo lingüísticamente: «es bueno tejer en esa manera así que no se arrancará.» Maimonides, sin embargo, dice que es punible. Eso es porque como los flecos de un tzitzit regular son una declaración de fe, así que el abrigo entero del sumo sacerdote y alguien más que lo arranca demuestra su indiferencia para la profecía divina.
Dos palabras, elegidas para describir el abrigo expresan esto bellamente. Describen la boca y los labios:
והיה פי ראשו בתוכו, שפה יהיה לפיו סביב כמעשה אורג, כפי תחרא יהיה לו לא יִקָרֵעַ
… su boca será integral, su boca tendrá un labio alrededor de ella, será como una boca de bordado, así que no se arrancará.
Estas dos palabras son asociadas con la profecía, especialmente esa de Moisés (Ex. 4:11-16; 6:12):
כי כבד פה וכבד לשון אנכי… מי שם פה לאדם… ואנכי אהיה עם פיך… ושמת את הדברים בפיו ואנכי אהיה עם פיך ועם פיהו… הוא יהיה לך לפה… ואיך ישמעני פרעה ואני ערל שפתיים
¿Quién ha dotado de boca al hombre?…Yo estaré con tu boca…Le hablarás a él y pondrás las palabras en su boca…empero Yo estaré con tu boca y con su boca…que él habrá de ser para ti por boca…pues yo soy obstruido de labios.
En conclusión, los tzitzit, en su contexto cultural original, sirvió como una declaración poderosa de creencia y confianza en el origen divino de la profecía de Moisés y entonces en la validez de la Tora entera. Aunque estos constructos no son parte de nuestro sistema religioso o social hoy en día, podemos identificarnos con ellos en el sentido de uno que «lleva su religión en su manga» y ser orgullosos de nuestra herencia rica e inspirador.
Shabbat shalom
Rabbi Haim Ovadia